Cuando un propietario decide poner su casa en venta, tiene dos opciones:

1. Encargarse personalmente de toda la operación, con los inconvenientes que esto implica.

2. Encargarle esta labor a una inmobiliaria experta en la materia. Una agencia inmobiliaria profesional te propondrá un contrato de exclusividad, en donde se compromete a darte un servicio profesional, cuidar tu patrimonio e invertir en la mercadotecnia necesaria para que se venda o rente lo antes posible.

Existe mucha desinformación alrededor de trabajar en exclusiva, ya que, en el pasado, esto significaba que una sola persona podría manejar tu propiedad. Sin embargo no es así…

Trabajar en exclusiva significa que un asesor tiene el control de la información de la propiedad en venta o renta, este asesor debe invertir en la propiedad de modo que aparezca en los principales medios. Se compromete a mover la propiedad como si fuera propia ya que hay un gran compromiso para ello. Una propiedad en exclusiva se presume al resto de los inmobiliarios, por lo que en lugar de tener a dos o tres personas manejando tu patrimonio, tendrás a cientos de ellos, pero bajo una misma línea de comunicación.

Otra gran diferencia es que en el marketing no hay supuestos, cuando son varias personas promocionando la misma propiedad, se vuelve una guerra entre inmobiliarias para ver quien la pone más barata en los portales, y así lograr captar al cliente y eso solo afecta directamente a la propiedad, la información es diferente, las fotos son distintas y los precios inexactos. Los clientes al ver una propiedad repetida en medios hablan a todas las empresas a ver en cuál pueden ofertar más bajo. Cuando una sola persona maneja el marketing hay solo una línea limpia de comunicación con las otras inmobiliarias y al compartir los honorarios que vengan de su cierre. En lugar de una guerra, lo que se logra es hacer equipo para vender o rentar la propiedad, esto se traduce en un mayor precio de cierre final.